domingo, 24 de octubre de 2010

Cuestión de física

Ya hace días que hablo con mis amigas de lo difícil que es conocer gente nueva y nos preguntamos qué criterios tienen los hombres a la hora de descartar o no a una chica.
Hay estudios que dicen que es todo cuestión de química y, supongo, que será cierto en parte, pero me niego a pensar que el escoger a alguien con quien pasar un periodo de tu vida, aunque sea corto, vaya en función de las hormonas que se segreguen.
Aunque pocos, sé que hay chicos que leen este blog, os pediría sinceridad porque no entendemos nada! cómo hay chicas tan guapas, inteligentes, divertidas y adorables solas? tira más una rubia despampanante que se ponga a tiro? no quiero perder la fe en el género masculino, pero lo ponéis difícil!
Después están los que dicen que ya llegará, que no hay que obsesionarse y es cierto, pero cuando una hace todo lo que puede y aún sale las cosas salen mal piensa que la próxima vez se dará un poco menos.
En fin, esto quería ser una entrada para decirles a todas mis amigas solteras que todavía quedan hombres inteligentes y solteros, lo que pasa es que van con los ojos cerrados y  no nos ven!!!!!!

sábado, 2 de octubre de 2010

Próxima estación...

Recupero un texto que escribí hace años, pero que creo que no ha perdido el sentido :D


Las pantallas del metro lo anuncian: 8.07. Llego tarde un día más. Espero en el andén nerviosa, como si con eso ganara algo. La gente baja las escaleras corriendo, el tren ya llega y respiro hondo.
Se abren las puertas y huele a viernes, a llegada de verano. Todos los asientos ocupados, me agarro a la fría barra de hierro y mi mano roza otra, la tuya. Te disculpas, alzo la mirada y me encuentro con tus ojos, negros, profundos.
No sé el tiempo que estaremos frente a frente porque no sé en qué parada te bajarás. No me importa que notes que te miro. Tu pelo negro húmedo de la ducha madrugadora que te habrá acabado de despertar. Camiseta blanca de manga corta, tejanos y bambas rojas. Mochila. Quizás te vayas fuera el fin de semana, o vayas al gimnasio por la tarde, o vengas de pasar la noche fuera de casa. Los cascos de tu mp3 en las orejas y los cables que acarician tu cara, la barba de tres días y los dientes que revelan una sonrisa preciosa. ¿Por qué sonríes? Te has dado cuenta de que te miro. Noto el calor en mis mejillas incontrolable. Me estás sonriendo, se me escapa una sonrisa tímida y miro al suelo. Pienso en ponerme a leer pero el poco espacio a mi alrededor no me deja. Ahora eres tú el que me mira, te sacas uno de los cascos y pienso que me vas a decir algo, pero no. Das dos pasos, caminas hacia la puerta, has llegado a tu parada, a mi me quedan cuatro. Se cierran las puertas, el tren se pone en marcha. A través de la ventana veo como caminas hacia las escaleras, me miras. El tren entra en el túnel.
Te espero el lunes en el andén aunque tenga que volver a llegar tarde.