Siento un escalofrío al notar las sábanas sobre la piel. Tengo los pies fríos. Entrelazo mis piernas con las tuyas y hundo mi nariz en tu cuello. Todo huele a ti, ya no hay elementos externos. Solo la calidez, la dulzura del perfume. Ahora sí me puedo dormir mientras te abrazo por la espalda. Noto tu pelo corto, fino y suave en mi frente.
Lo echo de menos.
"Merezco que lo que deseo todas las noches –que debe ser muy parecido al rezar todas las noches-, que es algo tan simple como que me rodees por detrás, se cumpla. Porque no es un imposible. ¿Qué lo ha impedido, si tanto nos queremos, eh? ¿Qué puede impedirlo?"
ResponderEliminarSi su perfume te traslada a esos momentos...hay mucho de que hablar.
ResponderEliminarPetit et Perdu: el amor se escapa por la ranura del silencio, eso es lo que impide que crezca.
En fin Jessi, son esos momentos, sobre todo cuando te vas a la cama, donde los recuerdos te golpean sin piedad.
ResponderEliminarLa frase "el amor se escapa por la ranura del silencio" me parece preciosa a la par q dura, pero muy cierta.
Jessi, no tengo argumentos para discutírtelo, y sí para darte la razón. Pero Miguel Delibes si te lo hubiera discutido: "Yo buscaba en la cabeza temas de conversación que pudieran interesarla, pero me sucedía lo mismo que ante el lienzo en blanco: no se me ocurría nada. A mayor empeño, mayor ofuscación. Se lo expliqué una mañana que, como de costumbre, caminábamos cogidos de la mano: ¿Qué vamos a decirnos? Me siento feliz así, respondió ella"
ResponderEliminarEste blog no tiene la opción de "me gusta"?? jejeje
ResponderEliminarPetit et Perdu, hay casos en que una palabra, aunque sólo sea una, sí que es necesaria.
En fin, como siempre, Delibes genial!