jueves, 16 de septiembre de 2010

Para no perder la memoria

Recuerdo a mi abuela con su pelo rubio, casi platino, rizado y corto. Piel clara, ojos pequeños y labios finos. Una mujer más bien bajita, de grandes caderas y piernas arqueadas de trabajar desde los 12 años. Una mujer con carácter, que no tuvo una vida precisamente fácil, trabajadora y una gran cocinera. La recuerdo con su uniforme blanco impoluto de la panadería, en la cocina o cuando venía a mi casa cargada de pan y pastas.
Recuerdo esos besos tan fuertes que hacían daño y que no me gustaban, pero que ahora pagaría por que me los volviera a dar.
Me gusta recordarla así, incluso discutiendo, y no a la mujer de los últimos años, la que el Alzheimer nos fue quitando.
Se fue apagando como una vela. Primero se acentuó lo peor de su carácter, después vinieron las paranoias y los miedos hasta que dejó de caminar y apenas de hablar. Sin embargo, cuando nos veía le aparecía una sonrisa de oreja a oreja, a veces hasta se le escapaba alguna lágrima, pero no nos engañábamos, no nos conocía.
El Alzheimer es una enfermedad brutal, te roba tu identidad, tus recuerdos, es decir, tu vida. Solo queda un cuerpo que no tiene nada que ver con lo que siempre habías sido. Siempre les decíamos a las enfermeras que ojalá la hubieran conocido como era de verdad. Con su pelo corto, rubio y rizado, con el uniforme blanco de la panadería y generosa, muy generosa.

2 comentarios:

  1. Precioso homenaje a tu abuela :)
    Los buenos recuerdos es lo mejor para el alma. Mientras tengamos la suerte de tenerlos intactos... ¡aprovechémoslo!

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  2. Desde que leí esta entrada he visto varios reportajes sobre la enfermedad (casualidad, que no es que lo haya buscado) y siempre me acordaba de ti. Incluso en El País publicaron un reportaje cuyo título era: Cuidar al cuidador. Ya sabes que soy muy positiva, y hasta de lo que no se puede intento sacar lo "bueno" de las cosas malas.
    Un beso neni
    El cuidador pasa a ser la memoria de la persona que sufre el Alzheimer y hace que para los demás la persona enferma sea una persona maravillosa. Que hables de tu abuela, como dice Veda, es un homenaje a ella. Dicen que los que más sufren son los cuidadores (normalmente familiares) pero si ellos no olvidan, si hacen como tu, si hacen memoria de su vida para que nosotros los conozcamos es una forma de que su vida no caiga realmente en el olvido. Sigue hablando siempre de las cosas buenas de tu abuela.

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