viernes, 17 de diciembre de 2010

Ni una más

Estoy cansada de ver que el número de mujeres que mueren a manos de sus parejas o exparejas no para de crecer. Desearía que alguien diera con la clave, con la explicación y, por consiguiente, con el remedio. ¿Es el precio que tenemos que pagar por la independencia económica y sentimental? Hace poco alguien decía que el perfil de asesino (pq no tienen otro nombre) ya no es el de un hombre mayor, machista y con pocos estudios, si no que cada vez hay más hombres jóvenes que acaban con las vidas de sus parejas. Casi siempre es por celos, pq no aceptan un "no" o un "se acabó" y llevan por bandera la frase "si no eres mía no serás de nadie".
Y nosotras no podemos quedarnos calladas, agachar la cabeza y tragar como hicieron nuestras abuelas. Se acabó el amor mal entendido porque si te quiere no te maltrata y el primer bofetón tiene que ser el último.
No se puede tener miedo a denunciar. Entiendo que hasta que no te encuentras en esa situación no sabes cómo reaccionarás, pero son cientos los casos de mujeres muertas que habían retirado las denuncias.
Una vez más el miedo. El miedo del hombre a no sentirse hombre, el miembro más importante de la familia, el que manda, el que decide. Y el miedo de la mujer a las consecuencias de las denuncias, a afrontar sola la vida y el sustento de la familia. Pero creo que vale más empezar una vida de cero que no poder vivir.

viernes, 3 de diciembre de 2010

La RAE lo dice todo claro

Amor: 1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.
2. m. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
  1. m. Sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo.
Egoísmo: Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás.
Decepción: Pesar causado por un desengaño
Desengaño: Conocimiento de la verdad, con que se sale del engaño o error en que se estaba.
Defraudar: Frustrar, desvanecer la confianza o la esperanza que se ponía en alguien o en algo
Cambiar: Dejar una cosa o situación para tomar otra
Amistad: Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.
Viaje: Traslado que se hace de una parte a otra por aire, mar o tierra.
Encontrar: Dar con alguien o algo que se busca
Gratitud: Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Olores

Siento un escalofrío al notar las sábanas sobre la piel. Tengo los pies fríos. Entrelazo mis piernas con las tuyas y hundo mi nariz en tu cuello. Todo huele a ti, ya no hay elementos externos. Solo la calidez, la dulzura del perfume. Ahora sí me puedo dormir mientras te abrazo por la espalda. Noto tu pelo corto, fino y suave en mi frente.
Lo echo de menos.

sábado, 13 de noviembre de 2010

La cocina de la Carmen 1.



ARROZ AL HORNO

Esta es una receta muy habitual en mi familia, pero que desde hace años, sin saber muy bien porque, dejó de hacerse.
Hace unas semanas mi tía la recuperó y, tocada por el don de las mujeres de mi familia paterna (que ojalá herede yo), lo preparó con maestría. No hace falta que os diga que estaba de muerte.
Es un plato único, contundente, de una elaboración un poco larga, pero vale la pena.

Hay que cocer los garbanzos junto con la careta y el rabo de cerdo y longaniza. En nuestro caso era longaniza del pueblo, que le da un sabor un poquito más fuerte.
Hacer un sofrito de ajo, tomate, pimentón dulce, ñora (pimiento choricero), sal y pimienta.
Cuando el sofrito ya esté dorado hay que añadirlo al cocido.
Después, ponerlo todo en una cazuela de barro y añadir  una taza de arroz por persona.
Poner al horno una hora aproximadamente (depende de la potencia de cada horno) hasta que quede seco.

A disfrutar!!!

domingo, 24 de octubre de 2010

Cuestión de física

Ya hace días que hablo con mis amigas de lo difícil que es conocer gente nueva y nos preguntamos qué criterios tienen los hombres a la hora de descartar o no a una chica.
Hay estudios que dicen que es todo cuestión de química y, supongo, que será cierto en parte, pero me niego a pensar que el escoger a alguien con quien pasar un periodo de tu vida, aunque sea corto, vaya en función de las hormonas que se segreguen.
Aunque pocos, sé que hay chicos que leen este blog, os pediría sinceridad porque no entendemos nada! cómo hay chicas tan guapas, inteligentes, divertidas y adorables solas? tira más una rubia despampanante que se ponga a tiro? no quiero perder la fe en el género masculino, pero lo ponéis difícil!
Después están los que dicen que ya llegará, que no hay que obsesionarse y es cierto, pero cuando una hace todo lo que puede y aún sale las cosas salen mal piensa que la próxima vez se dará un poco menos.
En fin, esto quería ser una entrada para decirles a todas mis amigas solteras que todavía quedan hombres inteligentes y solteros, lo que pasa es que van con los ojos cerrados y  no nos ven!!!!!!

sábado, 2 de octubre de 2010

Próxima estación...

Recupero un texto que escribí hace años, pero que creo que no ha perdido el sentido :D


Las pantallas del metro lo anuncian: 8.07. Llego tarde un día más. Espero en el andén nerviosa, como si con eso ganara algo. La gente baja las escaleras corriendo, el tren ya llega y respiro hondo.
Se abren las puertas y huele a viernes, a llegada de verano. Todos los asientos ocupados, me agarro a la fría barra de hierro y mi mano roza otra, la tuya. Te disculpas, alzo la mirada y me encuentro con tus ojos, negros, profundos.
No sé el tiempo que estaremos frente a frente porque no sé en qué parada te bajarás. No me importa que notes que te miro. Tu pelo negro húmedo de la ducha madrugadora que te habrá acabado de despertar. Camiseta blanca de manga corta, tejanos y bambas rojas. Mochila. Quizás te vayas fuera el fin de semana, o vayas al gimnasio por la tarde, o vengas de pasar la noche fuera de casa. Los cascos de tu mp3 en las orejas y los cables que acarician tu cara, la barba de tres días y los dientes que revelan una sonrisa preciosa. ¿Por qué sonríes? Te has dado cuenta de que te miro. Noto el calor en mis mejillas incontrolable. Me estás sonriendo, se me escapa una sonrisa tímida y miro al suelo. Pienso en ponerme a leer pero el poco espacio a mi alrededor no me deja. Ahora eres tú el que me mira, te sacas uno de los cascos y pienso que me vas a decir algo, pero no. Das dos pasos, caminas hacia la puerta, has llegado a tu parada, a mi me quedan cuatro. Se cierran las puertas, el tren se pone en marcha. A través de la ventana veo como caminas hacia las escaleras, me miras. El tren entra en el túnel.
Te espero el lunes en el andén aunque tenga que volver a llegar tarde.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Para no perder la memoria

Recuerdo a mi abuela con su pelo rubio, casi platino, rizado y corto. Piel clara, ojos pequeños y labios finos. Una mujer más bien bajita, de grandes caderas y piernas arqueadas de trabajar desde los 12 años. Una mujer con carácter, que no tuvo una vida precisamente fácil, trabajadora y una gran cocinera. La recuerdo con su uniforme blanco impoluto de la panadería, en la cocina o cuando venía a mi casa cargada de pan y pastas.
Recuerdo esos besos tan fuertes que hacían daño y que no me gustaban, pero que ahora pagaría por que me los volviera a dar.
Me gusta recordarla así, incluso discutiendo, y no a la mujer de los últimos años, la que el Alzheimer nos fue quitando.
Se fue apagando como una vela. Primero se acentuó lo peor de su carácter, después vinieron las paranoias y los miedos hasta que dejó de caminar y apenas de hablar. Sin embargo, cuando nos veía le aparecía una sonrisa de oreja a oreja, a veces hasta se le escapaba alguna lágrima, pero no nos engañábamos, no nos conocía.
El Alzheimer es una enfermedad brutal, te roba tu identidad, tus recuerdos, es decir, tu vida. Solo queda un cuerpo que no tiene nada que ver con lo que siempre habías sido. Siempre les decíamos a las enfermeras que ojalá la hubieran conocido como era de verdad. Con su pelo corto, rubio y rizado, con el uniforme blanco de la panadería y generosa, muy generosa.

martes, 7 de septiembre de 2010

Esas cosas que nunca pensaste que te gustarían

No me gusta demasiado el pescado, así que no debería gustarme el sushi, pero me encanta!

Soy alérgica al pelo de gato, sin embargo adoro a una gata.
Nunca me han interesando demasiado las fiestas tradicionales catalanas...

...recuerdo que de pequeña mi tía me decía, no sabes lo que te estás perdiendo por no querer probarlo. Cuánta razón tenía. Pues algo así me pasó con los Castellers. Supongo que todo el mundo sabe lo que son, construcciones humanas impresionantes. Pues hasta este verano nunca los había visto en directo. Tiene guasa la cosa viviendo en Catalunya, donde en todas las fiestas mayores hay exhibiciones castelleras.

Ahí estaba yo, una tarde de agosto, en la plaza mayor de un pueblo pequeñito de Tarragona. Amig@s, salí enamorada, impresionada, fascinada! No sólo por el esfuerzo de todas las personas, si no por el ambiente que se vive. Implicación desde el último de la piña hasta la anxaneta que sube temblorosa. Las caras de tensión de los chavales mordiéndose el cuello de su camisa, los pies que trepan por los cuerpos, las manos entrelazadas de todos los de la piña, ver cómo parece que el castillo se viene abajo, pero al final aguanta de forma casi milagrosa.

En fin, esas cosas que nunca pensaste que te gustarían hasta que las pruebas.
 
 
 

jueves, 2 de septiembre de 2010

Sálvese quien pueda

Hay ambientes de trabajo que fomentan la competitividad incluso en personas tranquilas y poco ambiciosas, como sería mi caso. Siempre he tenido claro que quiero trabajar para vivir, no vivir para trabajar, pero la situación tan inestable que estamos sufriendo algunos en el medio donde trabajo saca lo peor de cada uno.
Es triste que el saber que hay otra persona también “jodida” como tu te haga respirar aliviada.
Hace ya unos días que la becaria de mi sección está “llorándome” porque se le acaba la beca, que ojalá se pudiera quedar, a ver si la llaman, etc etc y yo pienso que por encima de mi cadáver, que el pastel es muy pequeño y muchos invitados a la fiesta. No me gusta ser así, pero si uno mismo no se preocupa por poner su culo a salvo nadie lo va a hacer por ti.
Esto también genera desconfianza hacia los jefes (por supuesto), hacia algunos compañeros y, lo peor, hacia los propios amigos.

domingo, 29 de agosto de 2010

Cosas que cambiar

Muchas veces, uno tiene que vivir algo que le remueva por dentro para tomar la decisión de cambiar algo. Se puede decir que este blog nace por ese motivo. Hace un mes aproximadamente, en el cambio de la línea azul a la amarilla en la parada de Maragall del metro de Barcelona, vi a un chico en silla de ruedas que se miraba con preocupación los 4 tramos de escalera que tenía que cruzar para poder coger el metro. Nos acercamos a él un chico hindú que trabaja en un puesto de chucherías y yo e intentamos levantar la silla a pulso, pero no hubo manera. Salí corriendo en busca de algún responsable de TMB y tuve la suerte de encontrarlo. Entre los dos chicos levantaron la silla mientras yo le sujetaba la mochila al chico minusválido. Le pregunté si esto le pasaba muy a menudo y me dijo que mínimo una vez al día. A todo esto, la gente pasaba por nuestro lado como si estuvieran viendo un espectáculo, nadie, absolutamente nadie, se paró.
Esto me hizo pensar en lo poco adaptadas que están las ciudades para estas personas y en cómo me sentiría yo si, para ir a trabajar, tuviera que pasar por una hora de suplicios y vergüenzas.

Ya no sólo es el metro (las estaciones más nuevas sí que tienen acceso en ascensor) si no coches aparcados en las rampas de las aceras, papeleras puestas con muy mala leche, aceras que no tienen marca rugosa para ciegos, pocos taxis con rampa, muy pocos semáforos con sonido…y así una lista infinita.
Sé que un blog no es el mejor método para cambiar las cosas, pero en el periódico donde trabajo se han publicado varios reportajes sobre el tema de tipo denuncia y, me temo, que no han servido de mucho.
Si os encontráis en una situación parecida, al menos, no paséis de largo.